30 de abril de 2008

ADIÓS PARLA ESTE

Amaneces una mañana, asomas la cabeza bajo el edredón, y cuatro paredes blancas con un armario vacío te rodean, tardas en darte cuenta de que ha sido la última noche compartiendo morada, donde cientos de experiencias acumulaste y donde soñaste decenas de veces contigo subiendo un ascensor que no paraba, no paraba, y se salía del edificio por el que avanzaba.

Al ir al baño y al volver, encuentras otra perspectiva, la del paisaje, la del recuerdo de cómo fue cambiando el barrio, aquellas ranas que dejaron de croar, cada vez amanecías con menos grúas y los camiones removedores de tierras ahora se oyen a lo lejos. Desde el séptimo D, a lo lejos , el AVE Madrid-Sevilla se escuchaba, mientras sus pasajeros observaban cómo el Manhattan del sur parecía no tener fin.





















La falta de tiendas, de gente, de afinidad en un lugar tan inhóspito nos obligó a reinventar personajes imaginarios, que nos ayudaron a soportar la convivencia en lo que un día me dijeron mis amigos "¡¡Guti, esto es un cementerio de edificios!!", y no logramos terminar conectando con la gente joven que hicimos como potenciales amigos, pero que en sus interiores su sensación era parecida.




Por lo tanto gracias a la Yeye, a la Hija de la Chona, por hacernos la vida más acompasada, gracias a todos los que se acercaron para compartir al menos una tarde, una noche, un café, un esfuerzo, y a los encuentros cada mañana en el tranvía con aquellos potenciales amigos, gracias al chino de abajo, que aunque fuera sólo hace dos meses, nos puso una tienda de frutas y comestibles, gracias al tranvía que nos acercó al centro de esta pequeña ciudad y nos evitó tener que depender de los horarios de los autobuses, especial agracedimiento a internet y a su mundo, y entre otras muchas gracias, gracias a ti, por seguir estando tan cerquita aunque nuestras vidas vayan cambiando poquito a poco.








Nos vemos en Las Lagunas...

27 de abril de 2008

COMICS

Todos los sábados, Angelín, de 10 años deseaba que el tío Pepe abriera su tiendecilla donde alquilaba los comics de El Capitán Trueno. Había que estar pronto para que pudiera alquilarle uno que no hubieras leído ya. Los chiquillos se colocaban en el banco de madera que tenía en la habitacioncilla aquella junto al mostrador y pasaban horas leyendo las peripecias de sus personajes. Cuando volvía a su casa entre los cardos que encontraba en el camino, imaginaba como luchaba contra algún enemigo junto a sus amigos Goliath y Crispin, y comentaba cuál cómic había leído con el resto de sus amigos. Aquello ocurría en 1958 en cualquier barrio de los alrededores de Madrid.


35 años después, recuerdo cómo mi madre me compraba varios cómics que vendían plastificados, como lotes que no se hubieran vendido en otros lugares. Ahí conocí lo divertidos que eran SuperLópez o Spirou, o el mítico Mortadelo, Zipi y Zape o Rompetechos, e incluso acaptaciones como los de Disney y las histlorias del Pato Donald, sus tres sobrinos y el tío Gilito, y me pasaba horas en la terraza de casa ojeándolos. Luego no tenía con quién comentar esos tebeos porque nadie más que yo los leía en mi barrio, otros niños, seguían la serie que ponían después del telediario.


Ahora los niños no leen tebeos, y muchos conocen a Mortadelo o a Axterix por las películas que en los últimos años han creado grandes productoras. ¿Qué ha pasado con el género del cómic? ¿Las nuevas tecnologías lo han ido apartando de forma natural debido a los diferentes intereses de los jóvenes de ahora? ¿existe la posibilidad de que este género se adapte a la tecnología digital?.


22 de abril de 2008

PARLA ESTÁ DE MODA


Como si se tratara del Berlín reconstruido, Parla está de moda, en la vanguardia, y es que me recuerda a Alexanderplatz, caminas dos pasos y te encuentras desde un complejo arquitectónico, hasta un tranvía que circula sin apenas ruido deslizándose por una vías con total prioridad por la ciudad.
Y sus ciudadanos lo saben, y pasean por sus calles conscientes de que están en otro mundo, de que hace tan sólo 10 años las cosas iban por otro camino.
Y a mí me ha tocado un pedacito de estas nuevas tendencias, mi casa, horrorizados algunos, encantados otros, sin techo, sin persianas, sin vitrocerámica, pero con una luz, una impermeabilización y una distribución de envidia. Yo me encuentro en el segundo grupo, el de los encantandos de poder vivir aquí, además será mi morada por un tiempo, espero tener el gusto de que la disfrutéis conmigo con alguna cervecita, entre risas y juegos...

16 de abril de 2008

VÉRTIGO

Caixaforum (Madrid)

El otro día me dijo un amigo que tenía vértigo, que le pasa a veces. Yo le dije que tengo vértigo en sueños, que a veces subo y subo por un ascensor y nunca termina de subir, se sale del edificio. Quizás sea de la peli de Willy Wonka, me dijo él, de La Fábrica de Chocolate.

En realidad creo que no tengo vértigo. Vivo en un séptimo, y soy capaz de mirar abajo sin asustarme. Una tarde en Nueva York fui capaz de subir al G B Bulding en el Rockefeller Center, a la planta 70, y aun con la emoción de estar a esa pedazo de altura, y viendo toda la ciudad, lo viví como algo normal.

Quizás a lo que tengamos realmente vértigo sea a las circunstancias de la vida, que se nos hacen inalcanzables, deseamos ser los mejores, o cuando deseamos estar a la altura de gente iletrada y con buena dialéctica.

A medida que vamos creciendo, nos encontramos con dificultades que nos hacen la vida más o menos llevadera. Son encuentros con momentos en los que tienes que sortear y atajar para llegar a tus metas.

Poco a poco descubrimos que la perfección no existe y que debemos ser conscientes de nuestras limitaciones, vivir con ellas, y disfrutar de lo que podemos llegar a ser, a tener, a realizar...

9 de abril de 2008

TARDES DE SIESTA ESCUCHANDO A LORENA MACKENNIT

Aquel domingo escuchando aquella canción de Lorena McKennitt, pude descubrir cómo podría existir una interacción perfecta entre los tiempos en los que no había soportes magnéticos y la era de la información que aún estaba en pañales, tiempos en los que el traspaso de datos se sucedían tras horas, días o meses después, dependiendo de la época a la que nos remontásemos.


A finales del Siglo XX, hubo una serie de gente joven que nos interesamos por la Música Folk, y la Música Celta en especial, era una forma de evadirnos y de sentirnos completos, o si no imaginaos la escena: sólo en tu habitación, tumbado sobre la cama, a oscuras, dejando que entre un ligero haz de luz, con unas barritas de incienso, y escuchando a Lorena McKennit. Eran tardes en soledad, una soledad necesaria, otras veces escuchando las tertulias de la radio, o leyendo un libro, o charlando con algún amigo o amiga, tomando un café, tardes en las que se intercalaban risas y otros placeres.


Llegado el siglo XXI, y la generalización de internet, muchos de nosotros hemos pasado a permanecer gran parte de esos momentos delante de un ordenador, descubriendo un submundo, que en definitiva se nutre de lo ya existente, de donde rescatamos músicas de otras épocas, lecturas impresionantes de autores que creías olvidados, reflexionas con personas que viven a 15.000 kilometros de distancia, con las que antes sólo tenías la posibilidad de hacer una llamada, si antes por alguna remota cuestión conocías a alguien que viviera a esa distancia. Ahora puedes tener decenas de amigos virtuales en cualquier lugar del mundo.


En definitiva, un buen uso del nuevo soporte que ha revolucionado este principio de milenio, puede llevarte a conocer más, siempre que la selección sea la correcta, y, por qué no, a distribuir tu tiempo en pasar tardes de siesta escuchando a Lorena Mckennit o a cualquier otro autor folk que has descubierto varias noches antes en una búsqueda rápida en la red, o repetir esas tardes de risas mientras charlas y ves fotografías en tu pc de tu último viaje donde has ido a conocer a alguien que conociste en la red.


5 de abril de 2008

SENTIR QUE ESTÁS EN NUEVA YORK

¿Y en Nueva York sale humo de las alcantarillas?

Sí sí, y de tanto que sale tienen que poner unos tubos para que no moleste a la gente que pasea, y además la gente camina rápido, y está lleno de fast-food, y ves a negrazos gritándote en el metro llamándote "¡stupid!", porque te has colado en el Subway, pero otros cantan y se te pone el vello de punta, y casi todos los edificios tienen escalera de emergencia exteriores.

¿Y visteis a actores famosos?

Eso debe de ser en Holliwood Yeye, pero mira como si los hubiera, te sientes actor de una película de Woody Allen, o de una comedia romántica norteamericana, o te imaginas caminando a un Mappet por las calles saliendo de su casa, un entresuelo de la calle 106.

¿Y la gente cómo es?

De todos los colores, estaturas, pelos, formas de vestir, de caminar, de actuar, hasta el punto de que no te sientes extraño, no te sientes turista, te crees neoyorkino por un momento...

Y ¿hay tantos rascacielos?

Algunos que superan las 70 plantas, unos 7 u 8, decenas que superan las 50 plantas, y cientos de edificios de 20, 30 y 40 plantas.

¿Y la gente come hamburguesas?

Y pizzas y hot dogs, y tortitas con sirope de arce, y café americano, y comida china, vietnamieta, japonesa, polaca, italiana, tailandesa, india...

¿Y qué hay a parte de rascacielos?

Buah, Central Park, el Puente de Brooklyn, la Estación Central, el Soho, China Town, Little Italy, Chelsea, Harlem, Time Square, el Rokefeller Center, la calle Brodway que es enorme, e infidad de museos y salas de arte que son la leche, el Moma, el Metropólitan, el Whitney, el de Historia Natural, el Guggenheim.

¿como en Bilbao?

Sí, además mucho más antiguo.

Pero sobretodo Yeye, es sentir que estás en Nueva York, y que nada te resulta extraño.

¿y qué te pareció más curioso?

Las limusinas enormes que había por la ciudad en todo momento, que el agua del grifo estuviera tan rica, tanto o más que la de Madrid, y lo libre que parece sentirse la gente...

Veo que vienes emocionado.
Y volvería a estarto tantas veces como volviera a Nueva York...