27 de septiembre de 2009

SE SENTÓ EN UN BANCO SOLITARIO


Aquella tarde, cuando llegó a casa y miró el correo, nadie le había enviado ningún mensaje, ni si quiera uno de estos de publicidad que borraba; no había ni mensajes de su mejor amigo. Comprobó que nadie había mirado su blog, al que dedicaba los huecos de entretiempo, desde ningún lugar del mundo, y mira que el mundo era grande; se soltó los cordones de la zapatilla y entró en el chat personal, donde hablaba largas noches con sus ciberamigos, a los que en su mayoría nunca había visto en persona, y con los que a veces mantenía conversaciones banales, pero a los que en otras ocasiones confiaba sus mayores secretos.

Planteó salir a la calle, y analizó la situación: el señor de la garrota seguía sentado en un banco viendo la vida pasar, se cruzó con el chino de la tienda de al lado, que aun sabiendo que ya no le compraba ni el pan, seguía saludándolo, vio a la joven que acababa de tener un bebé besándolo como todas las tardes en el parque, mientras lo mostraba al resto de mujeres orgullosa del fruto de su vientre.

Se sentó en un banco solitario, y esperó a que anocheciera...

20 de septiembre de 2009

SAONA


Vista de Sta. Mª de los LLanos (Cuenca). Fuente: http://www.jccm.es/

Fue en Saona, cuando me vinieron a la mente, en pequeños detalles, la cantidad de viajeros que debieron pasar por el viejo balneario, hoy decrépito y bordeado de enredaderas y paredes desconchadas de aquellas cales que sus cuidadores más de una vez hubieron de dar.

Con el tiempo el lugar se convirtió en el punto de encuentro de los veranos de los cientos de visitantes que marcharon a la ciudad para buscar una vida mejor y volvían para mantener sus raices vivas. Aquellos años fueron duros, y las aguas del nacimiento, limpias y cristalinas, pero frías e invadidas por cuerpos deseosos de calmar las cálidas tardes estivales, dejaron de dar vida y alegría a aquellos habitantes de un lugar que perdió la mitad de su esencia.

Hoy hay una triste piscina con árboles, junto a la antigua carretera de Madrid, que tardarán mucho tiempo en dar sombra, aquella sombra que los chopos adornaban lo que muchos vivieron como el paraiso terrenal, entre juegos de niños y comidas en familia.

14 de septiembre de 2009

CUADERNO DE VERANO 2009 IV: BARCELONA


Cientos de viajes no bastan para que en uno de ellos una serie de dulzuras te sobrepongan ante cualquier inconveniente.

En uno de ellos, sólo en uno se pueden expresar esas dulzuras, caminando a oscuras en una tarde de lluvia, riendo por la calles de una gran ciudad, intentando chapotear en la orilla del mar, contando historias que no sabes si quedarán almacenadas, viajando en un tren de alta velocidad, almorzando, comiendo, merendando o cenando en un fast-food...

Sales de un hotel en la periferia, coges un metro que te lleva al centro, y una explosión de luz y ciudadanía te llevan de la mano hacia los lugares más emblemáticos de la bella Barcelona, de la ciudad que por ser una gran ciudad se parece tanto a Madrid, con la coletilla de "ojo, pero sin mar". Y es que es cierto, un paseo por la ciudad y sabes que lo tienes siempre ahí, a tu izquierda, a tu derecha, pero hay muchos otros detalles que la hacen diferente: una imponente catedral gótica, un conato de urbanización modernista que se quedó en un parque, el Güell, un Mercat de la Boquería que alimenta al barrio, a los ojos de los turistas, y a los de los carteristas; una fuente que se torna de colores todas las noches cada media hora entre las 21 y las 23, o un barrio, el Born que pretende ser el Soho barcelonés.

Pero un viaje se hace de recuerdos de imágenes quietas que uno nunca olvidará, porque como siempre digo, la compañía es tan importante, que en viajes como este, pasear por las calles de Barcelona sería escaso.

Ah, y resulta que cuando llegas a una parada de metro hay correspondecia ya no dicen aquello de "proxima estació Urquinaona currespundensia amb linea quatra", ahora dicen "proxima estació enllaç amb linea cuatra" debe de ser que Barcelona es más cool...

5 de septiembre de 2009

CHAVAL, ME VOY A PONER MAZAS...


Músculos, músculos y más músculos.

Músculos venados, músculos golpeados por sesiones gigantescas de gimnasio desde hace veinte años, músculos delgadillos, grasa, músculos con pecas, músculos con un lunar con pelos, músculos tras una malla negra que deja marcas la su definición, abdómenes como obleas de chocolate, que hacen pedirle una onza, mi tripa colgadera.

Espejos, espejos y más espejos.
Espejos donde se mira el rubio, el moreno, el alto, el bajo, el mazas, bueno, los mazas, el alicaído no se mira, lo mira el resto que a poco se desplaza metiéndose por debajo de las piernas de los altos con músculos, la muchacha rubia de ojos claros que en su primer día, ante su inseguridad entre tanto músculo y tanto espejo se tropieza con una pesa de un kilo que se dejó uno de los mazas en el suelo.

Expresiones: "chaval, me voy a poner mazas", "¿tan poco tiras?" pocas expresiones más la verdad.

Pensamientos: "ese tira más que yo", "joder yo quiero tener esas tetas", "y ese, qué triste"

Olor a desodorante de spray mezclado con la humedad en el vestuario. Ahí todo el mundo deja ver sus carnes, y veo que no hay tanto músculo, claro estos vienen de la piscina, de hacerse unos largos, o un largo.