3 de mayo de 2021

Homeland y el periodo que viví mientras veía la serie norteamericana.

Ahora que lo más habitual es que tengas un videoblog en la red social de vídeos "youtube" para crear contenidos, los blogs parece que han quedado a un segundo plano. Y este en el que comencé a escribir en 2007 con diferentes periodos de intensidad, que a su vez esa incidencia es paralela a momentos personales, no quería olvidarlo porque me dio muchas satisfacciones; e igual que conozco a mucha otra gente que los borró, querría que este sirviera para seguir plasmando lo que quiera contar en cada momento. Si luego me leen o no, pues eso dependerá de los algoritmos de internet y de mi esfuerzo por promocionarme.

Una vez explicado por qué vuelvo, vamos al lío. 

Hace unas semanas volvió la serie Homeland, en su octava y última temporada. Serie norteamericana que comencé a ver en 2015 y que trata la vida profesional sobre todo, aunque también personal, de Carrie Mathison, una agente de la CIA con una enfermedad mental moderada, que se ve envuelta en un sinfín de aventuras en el mundo del terrorismo yihadista.

Un aspecto importante que la serie resalta es el que la protagonista pueda llevar una vida normal aunque tenga una enfermedad mental, en este caso un trastorno bipolar, tratando de desestigmatizar a las personas que sufren este problema, haciendo consciente al espectador de este hecho.

La serie comienza con buen pie en las primeras temporadas manteniendo al espectador con ganas de saber cómo finalizan las historias que se van desarrollando, algunas de las temporadas flojean un poco y la última, a falta de ver la mitad de los capítulos sigue la misma tónica, pero en general la serie se la puede catalogar de buena. 

La actriz principal consiguió varios premios durante las primeras temporadas, dos Globos de oro en 2011 y 2012, dos premios Emi en  2012 y 2013 o un Premio SAG en 2013, así como otros premios importantes. 

Con la primera temporada de esta serie comenzó un periodo de mi vida que debería finalizar a la vez  que termina esta octava temporada, momentos más dichosos y otros menos, pero momentos importantes al fin y al cabo. Un paralelismo muy personal, y muy alejado de lo que se podría pensar, que me quedo para mí, y que no quiero olvidar y que podrían relatar cómo me sitúo y cómo me situaba.

Sin embargo, la serie acaba y, como digo, con ella quizás un periodo.  



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