Me encanta ver la cara satisfacción de la gente que realiza una buena acción: el joven que cede el asiento a una viejecita, la adolescente que ayuda a llevar a un bebé en brazos mientras el papá sube el carricoche por la escalera, el abuelo que te advierte de que llevas los cordones desatados, o la señora que le da el zapatito del bebé, que se le cayó al suelo, a su mamá.
Son sonrisas de oreja a oreja, de gentes que caminan durante el día labrando sus proyectos más inmediatos, quizás sea que alguien le sonría en el tren, o simplemente lo miren dos segundos indiscretos de tiempo, en vez de una décima inconsciente. Esas miradas se componen por ojos, de todos los colores, visiones y mirares, que alegres, tristones o ávidos de pasiones, ocultan secretos que solo el más atrevido descubre.
1 comentario:
Un verano muy prolifico de articulos en casa de la Yeye.
Enigmática la entrada de la Nancy muy entrevelada.;-)
Un saludo Antoñete ete
Publicar un comentario