11 de julio de 2009

TORMENTAS A MI ALREDEDOR


Nuevos conocimientos fluyen a mi alrededor.

Te sitúan mirando al techo, y al darte la vuelta observas que algo respira, y que en verano aporta ondas de calor extremo sin llegar a ser capaz de prevenirlas, porque no sólo no sabes que llegarán, sino que en el momento en el que aparecen, la inconsciencia hace que provoquen el efecto contrario.

Surgen como una tormenta, como si el cielo recuperase su estado hace miles de millones de años, y aparece el deseo, convinado con una extraña sensación de placer.

Hace unos días os mostré la foto de cómo comenzaba una tormenta. La tormenta siguió su curso y descargó fuertemente allá a lo lejos, por los caminos entre Numancia de la Sagra y Seseña. La otra noche descargó aquí, justo en mi calle, y desearía que descargara más veces, porque una tormenta tiene principio y fin, pero tormentas habrá siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como disfrutas del ático de Laurita... :-)

Anónimo dijo...

Esa tormenta se desplazó hacia Palomeque jejeje. Besos, zidanoe