15 de noviembre de 2009


Conocemos lo que vemos a los lados de las carreteras.

Cuando viajamos, ya sea en coche, autobús, tren, nuestra percepción se lmita a seguir el trayecto elegido y desviarnos unos kilómetros cada vez que llegamos a un pueblo, o a cualquier lugar elegido, pero existen gran número de espacios que pocas personas conocen. Hace unos años despareció una persona que luego se supo que había caído por un barranco. Fue descubierta porque desde varios metros abajo, herida, se dedicó a hacer señales luminosas con el espejo del coche. Creo que era una carretera en el interior de la provincia de Valencia, una carretera local, por la que casi nunca pasaba nadie.

Existen zonas en este país, del interior de la provincia de Valencia, Cuenca o Ciudad Real, en la que a penas hay asentamientos, grandes extensiones de territorio de los que nadie nunca nos ha hablado, y en los que quizás podríamos sorprendernos de encontrar algo no imaginado.

Incluso hay lugares que sin haberlos visto nos hacemos una idea de cómo son por cómo nos han contado que son. Todo el mundo se imagina la Catedral de Florencia sin haberla visto, y probablemente cuando vas, aunque la hayas visto en fotografías, es diferente a como tú la habías imaginado. Nos formamos una idea, un estereotipo de cómo es la catedral de Florencia.

Algo parecido pasa en el día a día ¿no?

No hay comentarios: