Jónathan es un niño, probablemente ecuatoriano, de unos 10 años, y que estudia sexto de primaria. Como cada año, comienza el curso en un colegio público de una localidad del sur metropolitano de Madrid; está ilusionado por saber cómo serán los libros nuevos, le encanta cómo huelen al abrirlos, y le encantan los bolígrafos de colores, cuantos más colores en el estuche seguramente más cosas podrá crear, ya que se le da bien dibujar. Este curso, a poco tiempo de comenzar, el profesor de Educación musical, les pide una flauta para poder continuar la asignatura.
Ayer por la tarde, cuando fui a por mis libros de la Escuela Oficial de Idiomas, por los que tendré que pagar unos 40 euros, detrás de mí se colocó en la fila de la librería Jónathan. Me atendieron, dejé 10 euros de señal porque me lo tuvieron que encargar, y mientras esperaba la confirmación, Jónathan preguntó cuánto le costaba la flauta que el profesor le había encargado. La dependienta sacó la flauta y con una sonrisa amable le dijo que costaba 4,95 €, Jónathan le dijo que no tenía suficiente, y la dependienta con una sonrisa más amable con un toque de lástima le repitió el precio. Ahora entiendo por qué quieren suprimir el bachillerato musical.
Jónathan se fue sin poder comprar la flauta, por lo que este año imaginamos que no podrá recibir la educación completa para incentivar sus capacidades. ¿Esta es la educación que queremos para nuestros ciudadanos y futuros garantes de nuestra sociedad?.
Ahora imaginemos la situación de muchos de los hogares de este país con niños en edad escolar. Triste.
Fani y Rubén, componentes del grupo Cover Clap estudiaron en la escuela pública.
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