Se estaba tan agustito...
Quizás los suizos de la Mariyoli no sean un ejemplo representativo de aquelos dias, pero sí lo es el de mi camino cada mañana al trabajo, el lugar de encuentro de todos los habitantes de este barrio, cercano a donde estudié el bachillerato, donde conocí a mis primeras grandes amigas, y el lugar donde cada mañana en el desayuno a solas sin las risas de mis compis de mañanas, compro el pan.
Éramos como 5 chicas, aunque sólo "como" porque aún no habíamos conocido a la Yeye, se ocultaba tras las esquinas, como cinco personas que durante un viaje al norte forjamos una amistad de encuentros y desencuentros futuros, y que me rodearon y me hicieron sentir grande.
Vane, Virgi, Soni, y Mery...
Se os quiere.