16 de agosto de 2009

UN PLACER PARA LOS OIDOS

Aquella primavera, durante los años 50, lo invitaron junto a otros tantos niños de un barrio pobre del extrarradio de Madrid a pasar un verano en Chipiona, Cádiz. Durante el trayecto se olvidaron de que los niños necesitan beber agua, y en el camino tan sólo una lata de sardinas fue su alimento. Una vez allí, en medio de ese océano Atlántico, donde a él le pareció ver el faro más alto del mundo, y donde percibió unas impresionantes mareas con kilómetros de diferencia entre sus alta mares y pleamares, recordaría su estancia casi cincuenta años después.

Mientras, en la rica Europa, se grababa esta hermosa interpretación en la que Jean Pierre Rampal interpreta la Sonata BVW 1020 de Johann Sebastian Bach. Ignorante. Sabría que sus descendientes, tendrían la oportunidad de revivir los dos momentos coetáneos.




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