14 de septiembre de 2009

CUADERNO DE VERANO 2009 IV: BARCELONA


Cientos de viajes no bastan para que en uno de ellos una serie de dulzuras te sobrepongan ante cualquier inconveniente.

En uno de ellos, sólo en uno se pueden expresar esas dulzuras, caminando a oscuras en una tarde de lluvia, riendo por la calles de una gran ciudad, intentando chapotear en la orilla del mar, contando historias que no sabes si quedarán almacenadas, viajando en un tren de alta velocidad, almorzando, comiendo, merendando o cenando en un fast-food...

Sales de un hotel en la periferia, coges un metro que te lleva al centro, y una explosión de luz y ciudadanía te llevan de la mano hacia los lugares más emblemáticos de la bella Barcelona, de la ciudad que por ser una gran ciudad se parece tanto a Madrid, con la coletilla de "ojo, pero sin mar". Y es que es cierto, un paseo por la ciudad y sabes que lo tienes siempre ahí, a tu izquierda, a tu derecha, pero hay muchos otros detalles que la hacen diferente: una imponente catedral gótica, un conato de urbanización modernista que se quedó en un parque, el Güell, un Mercat de la Boquería que alimenta al barrio, a los ojos de los turistas, y a los de los carteristas; una fuente que se torna de colores todas las noches cada media hora entre las 21 y las 23, o un barrio, el Born que pretende ser el Soho barcelonés.

Pero un viaje se hace de recuerdos de imágenes quietas que uno nunca olvidará, porque como siempre digo, la compañía es tan importante, que en viajes como este, pasear por las calles de Barcelona sería escaso.

Ah, y resulta que cuando llegas a una parada de metro hay correspondecia ya no dicen aquello de "proxima estació Urquinaona currespundensia amb linea quatra", ahora dicen "proxima estació enllaç amb linea cuatra" debe de ser que Barcelona es más cool...

1 comentario:

mujerdeherramientastomar dijo...

Barcelona, Barcelona...¡cuántos recuerdos! Gracias por tus palabras. He sentido en mis oidos la voz del aviso del metro, me sentí niña nuevamente con los mosaicos de Gaudi, con su parque mágico donde me hubiera quedado a vivir jugando hasta hacerme vieja. Gracias.