La Yeye tiene miles de particularidades...

El pasado invierno las ranas del parque de Parla Este croaban todas las tardes hasta el amanecer. Sonaban tronadoras, sin que ningún otro sonido dificultara su grandilocuencia. Meses después Diego me aseguraría que serían ranas comunes, llamadas así porque son las que más hay.

Esto es como las personas, cuando se habla del común de los humanos, vamos por la calle y reconocemos a gentes diferentes pero que, al fin y al cabo, todos, o casi todos tenemos algo de común, y a la vez algo de particulares, o si no fijaos en la Yeye, que hasta tiene una marca de picos en Cádiz, ella con sus pendientes de aros, sus oros, llevando a su Lucía cada mañana al colegio, como toda madre parleña, los lunes lentejas, los martes patatas guisadas, los miércoles arroz a la cubana, los jueves cocido, los viernes sopa del cocido del día anterior con pollo asado (comprado), los sábados judías blancas y los domingos arroz, ah y por la noche “remate”…, sus llegadas a casa a contarnos cómo le fue el fin de semana, nuestros cafés de sobremesa…

La gente puede sorprendernos, la Yeye tiene miles de particularidades, el resto de los comunes también, se trata sólo de abrirnos un poquito.

Las ranas croan y croan constantemente, pero la intensidad de cada uno de sus sonidos seguro que es diferente. Las personas tenemos timbres de voz, estaturas, temas de conversación, gustos musicales, lecturas, vivencias, recuerdos, sensibilidades diversas, sólo tenemos que abrirnos un poquito, y conocernos…