Desde tu ventana se me ocurren estrellas de un cielo inanimado, que no se mueve, que no viaja.
Se vislumbran anteriores elementos distantes, del lenguaje, de las atenciones que no nos prestamos.
Te habría propuesto pasar una semana en horizontal sin salir de tu alcoba, como aquellos días y noches de abrazos.
Sin querer alejándonos aparecieron las dudas, otras, diferentes a aquella eterna duda, y no nos volvimos a mirar, ni a decirnos, ni a intentar querernos.
Se me fueron los recuerdos, pero de vez en cuando, tus despertares se me presentan ilusos.
Advertimos las distancias, cronologías, espaciales, estéticas e ideológicas, pero no fueron suficientes para alargar las pasiones.
Se me fueron los recuerdos, pero de vez en cuando, tus despertares se me presentan ilusos.
Advertimos las distancias, cronologías, espaciales, estéticas e ideológicas, pero no fueron suficientes para alargar las pasiones.
Al menos me dejaste descubrir tus rincones, encuentros con lo corporal, con el sentido de la emoción compartida, y del abrazo querido.
Sólo sé que de vez en cuando te recuerdo, y mi emoción por que se repitan otras historias similares seducen mi ganas por sentirlas.
2 comentarios:
Tenías razón con lo de esta entrada. Me ha gustado mucho, sigues haciendo que me emocione con todo lo que escribes. Y aunque no te atienda como antes, y no vea el blog todos los días, siempre te llevo dentro...
Virgi...
Como ya te he puesto en el blog me ha parecido muy curioso que justo hoy te acordases de pasarte por allí.
Anda ponme un mail y me cuentas con calmita cómo va todo, porfis.
Un abrazo
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