Minúscula Díaz era tan bajita, que solamente los niños de 3 años podían escucharla, cosa que no servía para mucho, ya que ella, en sus años de experiencia, había conseguido una conversación digna para personas de su edad, con una increíble madurez, y una sensata oratoria. A veces se acercaba a los ombligos de los adultos más bajitos, pero un día descubrió que por ahí la gente no escucha, con el tiempo se daría cuenta que algunos ni con los oídos. Su error no fue debido a ella sino a un mal llamado "problema" de crecimiento que ya venía de serie, lo que muchos llamaban una tara. Se esforzaba sobremanera para terminar admitiendo que la gente no era capaz de escuchar sus magníficas ideas sobre solsticios, países del mundo, cocina y libertad. Sufría mucho, y solía divagar por las calles de su ciudad. Pero llegó un día en el que tal problema dejó de serlo, y ese día fue el día que se aceptó como bajita, hasta ese día, no comprendía por qué no había cinta métrica que pudiera medirla, ya que todas las cintas empezaban a partir de una estatura determinada a la que ella no llegaba. Su descubrimiento fue tan grande, que contagió al resto de las personas que estaban a su alrededor, ese día comenzó a ser feliz, comprendió que hay personas altas, bajitas, de colores, con cabello, sin él, que hablan con la i o que no pronuncian la eme, y que muchos de ellos siguen divagando por las calles por las que ella ahora recorre altiva y expectante por conocer al mundo que tanto tiempo la había negado el suyo.
Ayer me la encontré saliendo de mi portal, y me preguntó la hora, y al decírsela corrió y corrió para coger el tranvía que llegaba en ese instante. Hasta este momento ella nunca lo había hecho, ni una cosa ni la otra y me sorprendí, y me acordé de cuando yo pertenecía al mundo de aquella Minúscula convertida en Mayúscula...
Ayer me la encontré saliendo de mi portal, y me preguntó la hora, y al decírsela corrió y corrió para coger el tranvía que llegaba en ese instante. Hasta este momento ella nunca lo había hecho, ni una cosa ni la otra y me sorprendí, y me acordé de cuando yo pertenecía al mundo de aquella Minúscula convertida en Mayúscula...
1 comentario:
Me ha encantado, cada historia que leo tuya me coloca una sonrisa que me acompaña y me hace sentir bien. Gracias guapo
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